Contratar un mal trabajador puede suponer un importante desembolso para una empresa que ha invertido recursos y tiempo en un proceso de selección interno o contratando a una empresa especializada como Quality para hacerlo. Por eso, detectar malos candidatos es uno de los principales retos de entrevistadores y reclutadores.
Primeros pasos para detectar a los malos candidatos
En primer lugar, los procesos de selección de personal se rigen por parámetros y protocolos generales que muchos aspirantes ya conocen debido a experiencias previas. Estos candidatos están preparados para potenciar sus cualidades y “esconder” aquellas aptitudes que no encajan con el puesto o la filosofía de la empresa.
Uno de los principales consejos para detectar malos candidatos es verificar la información de su currículum y, sobre todo, sus referencias. Sin embargo, hacerlo no siempre es sencillo ni siempre resulta efectivo. Es posible que un superior no quiera hablar mal de alguien con quien ha colaborado por educación o por principios; de igual forma, puede haber jefes que, enfadados con un antiguo empleado, hablen mal de él sin ser objetivos y obviando sus cualidades y aptitudes.
Otra manera de verificar el perfil de un candidato es preguntarle directamente. No se trata de un interrogatorio, sino más bien de plantear cuestiones cuya respuesta puedas saber y que el candidato no haya podido preparar de antemano. El objetivo es conseguir respuestas inteligentes por su parte y ver cómo se desenvuelve e improvisa.
Además, se debe prestar atención a la formación y experiencia de los candidatos tanto por exceso como por defecto. Según algunos estudios, alrededor del 50% de los aspirantes a un puesto de trabajo son descartados del proceso de selección por tener una cualificación insuficiente. Lo mismo ocurre en caso contrario. La causa es que muchas personas sobrecualificadas siguen realizando una búsqueda activa de empleo y, si encuentran una opción que se adapta mejor a su perfil, se marchan. En estos casos no decimos que estemos ante malos candidatos, pero no son los más idóneos para el puesto que se quiere cubrir.
Las 5 características de los malos candidatos
Desde Quality hemos seleccionado cinco características que comparten los llamados “malos candidatos” independientemente de la naturaleza y responsabilidades del puesto al que aspiran. Algunas, de manera aislada, quizá no son un motivo para excluirles del proceso de selección, pero pueden ponernos en alerta.
Llegan tarde y tienen un aspecto desaliñado
La formalidad y el compromiso son aspectos valorados positivamente en cualquier trabajo. Por eso, aquellos candidatos que llegan tarde a su propia entrevista demuestran falta de capacidad para comprometerse con plazos, entregas, compañeros, etc. Si una persona acude con aspecto desaliñado, inapropiado o poco cuidado, está mostrando una falta de interés hacia el puesto ofertado que también podemos valorar negativamente.
Presumen de tener muchas ofertas laborales
Este es uno de los aspectos que delatan, con mayor objetividad, a los malos candidatos. Cuando una persona pone sus propias condiciones en función de otras ofertas de trabajo de manera manifiesta (horarios, sueldo, etc.), es posible que no se comprometa con el trabajo que le ofrecemos y que, si recibe una contraoferta, la acepte sin dudarlo. Las personas realmente interesadas en nuestra vacante se mostrarán, casi con total seguridad, más flexibles y dispuestas a negociar.
Cambian de empleo constantemente
El trabajo temporal es una realidad de nuestro tiempo y cada vez es más habitual que las personas cambien de trabajo buscando nuevos proyectos que se ajusten a sus necesidades, que les ofrezcan mejores condiciones o que les permitan desarrollar sus capacidades. Sin embargo, hay personas que “saltan” de una empresa a otra constantemente sin un motivo aparente o justificable. En este caso, la rotación laboral puede deberse a problemas de adaptación y es muy posible que estemos ante un mal candidato.
Hablan mal de su empleador actual
Otro de los aspectos que delatan a los malos candidatos es que hablan mal de su actual jefe o de su actual empresa. Además de ser una falta de discreción considerable, esta actitud puede generar desconfianza ante un nuevo jefe o ante un reclutador. Este tipo de personas pueden considerarse tóxicas o carentes de empatía de cara al trabajo en equipo, y suelen ser excluidas de muchos procesos de selección de personal por este motivo.
Una opción para evitar a los malos candidatos es que la selección y contratación no sea responsabilidad de una única persona. Nuestra recomendación es delegar este proceso en equipos de profesionales como Quality. Nuestros consultores expertos encontrarán a los mejores candidatos para tu empresa. Si buscas rapidez, eficiencia y eficacia, contacta con nosotros.